miércoles, 15 de septiembre de 2010

Desde la Isla


Esta vez, el espacio es diferente -a comparación con el año pasado- todo es negro.
Nadie desde afuera pensaría que adentro se cocinan ideas de muertes, de sacrificios de los que estuvieron antes que nosotros.

Que adentro hay 3 mujeres encima de unas tablas viajando en textos santianescos, a veces complicados, que les joden la vida, -pero así les gusta- porque después nos hacen... a nosotros, los otros 3 que estamos del otro lado, dos en una mesa plástica y el otro ahora con su barrera doble de teclas negras y blancas, sentir... y con eso digo todo.

A veces, al llegar pasadas las seis de la tarde y ver este "happening" me pregunto qué es lo más importante... si estos meses llenos de cúmulos de ideas, energías, enojos, esperanzas, risas, charlas, miradas, movimientos, pega, chiribiscos, papeles, madera, música... que conforman el proceso para dar a luz otro año un nuevo hijo.... o si ver el hijo ya nacido...

Todavía no tengo una respuesta.

No puedo -todavía y por propía gana mía- adelantar y decir de que color y peso viene este hijo que procreamos entre 6 personas y más que están detrás de nosotros... pero si puedo confirmar que este cuarto año de mi vida (casi la quinta parte de mi vida en total) de viajar en el barco impulsado por la ballena blanca es sin lugar a dudas de lo más importante que hago y siento.

Si, nos sentamos a veces a reirnos de todas las cagadas que hacemos, de lo que pensamos podría o no ayudar, pero desde mi punto de vista -la más joven en edad- de todos los marineros a bordo, cada año voy creciendo más por ustedes, una familia poco usual, un españolete-salvadoreñizado con palabras rebuscadas que ni los abuelos conocen pero que guardan más de un recuerdo y una emoción; la mama gallina, que jode más que todo juntos y fiestera, la que nos hace cagarnos de la risa; la lagartija raquítica, la razón a veces, disciplina y paz; la mexicana-salvadoreña-española, que hace piruetas, vueltas, carga de todo y siempre sensiblona; el que crea con un par de dedos sonidos que nos hacen retorcernos, que más de una vez me han hecho saltar de mi asiento... siempre con una historia que contar...

Y a la hora que están en esas tablas (o en otras) todo cambia, todos estos seres a veces contrarios, diferentes, con raices diferentes, con ideas diferentes, con acentos diferentes, se vuelven UNO... y crean imágenes, metáforas, sonidos que juntos son viajes surreales.

Y entonces sin que nadie me vea, me limpio los ojos.
No tendría ningún problema si en esta isla nadie nos rescata y nos quedamos todos acá a procrear más cipotes y cipotas.

Saludos,
Desde la Nación de la Isla de la Polvora Negra.

Sarbe.

No hay comentarios: